Era una hermosa mañana de Domingo de Pascua en la Ciudad de Oklahoma. El sol había salido y la temperatura de la mañana ya era de 70 grados. Sin duda, sería más cálido para cuando salieran de la Misa en español de las 1:15 p.m. en Santiago Apóstol.
Mamá estaba terminando en la cocina y se podía oler el rico café, los panqueques y el tocino por toda la casa. Papá estaba ayudando a los niños a vestirse y la abuelita, que estaba de visita para estos días festivos de Pascua, estaba viendo EWTN en español. Este domingo no era un domingo común y corriente. Llegó la Pascua.
Juanito casi había terminado de vestirse con su nueva ropa para la Pascua, mientras que su hermana pequeña se veía genial con su nuevo vestido. La abuelita les había regalado la ropa nueva para Pascua.
En unas pocas semanas, Juanito estaría haciendo su Primera Comunión. Papá pensó que era una buena oportunidad para que Juanito le mostrara a la abuelita todo lo que había aprendido en sus clases de catecismo, así que justo antes de sentarse a desayunar, le hizo recitar sus oraciones a la abuela. Lo hizo perfecto.
Abuelita le hizo a Juanito una gran pregunta: “Juanito… ¿Qué significa recibir tu Primera Comunión?”. Mientras se sentaba a comer panqueques y tocino, respondió: “¡Eso es fácil! ¡Podemos comernos a Jesús!” Los ojos de su hermana pequeña se abrieron y le preguntó en voz alta a su mamá: “¿Eso es verdad mamá?” Mamá respondió: “Sí cariño, eso es cierto. Pero, hay mucho más que eso. En unos años, irás a clases de catecismo y aprenderás todo acerca de Jesús y lo recibirás en la Eucaristía”.
“Eucalistía, me gusta esa palabra. ¡Suena rara!”, dijo entre risas mientras buscaba otro trozo de tocino.
Abuelita, con una gran sonrisa y mientras disfrutaba de su café le hace otra pregunta. “Juanito, ¿por qué es importante el día de hoy?” Juanito hizo una pausa, luego sonrió y respondió: “Jesús gana. Los malos pierden. ¡Lo mataron el viernes, pero volvió a la vida la mañana de Pascua!”
La abuela riéndose dijo: "Nunca lo había escuchado así, pero sí, esa es la idea general".
Luego, mientras mira a su padre, Juanito dice: “¡Sabes papá, sería genial ver al Jesús de la Pascua! Ya sabes, saliendo de la tumba como en la película que vimos. Jesús ganando sobre la muerte y lleno de vida. ¡Verlo de verdad sería genial! Papá sonriendo dijo: “Está bien. ¡Me aseguraré de que lo veas hoy! " Juanito no puede creer lo que acaba de escuchar y le preguntó: “¿Cómo papá?” “Solo espera” respondió su padre.
Poco después de la segunda taza de café de la abuela, se dirigían a Misa.
El padre Cristóbal ofreció una muy animada homilía de Pascua y la música era tan festiva que incluso Juanito quería bailar. Entonces Juanito le preguntó a su papá: “Papá, ¿cuándo veremos al Jesús de la Pascua? ¿Dónde va a estar?” “Ten paciencia Juanito, en cualquier momento, aquí mismo en la Misa lo podremos ver” dijo papá.
Unos segundos más tarde, en el altar, el Padre Cristóbal tomó el pan en sus manos y, mientras se inclinaba reverentemente, dijo: “Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.” Enseguida levantó a la Sagrada Hostia consagrada y se lo mostró al pueblo.
El papá, señalando hacia el altar y a la Sagrada Hostia en las manos del padre Cristóbal, le dice a Juanito con mucha alegría: “¡Ahí Juanito, ahí está nuestro Jesús de la Pascua! ¡Lleno de vida y amándonos en la Eucaristía! Como si acabara de salir de la tumba donde estuvo enterrado durante tres días”.
Abuelita, que estaba escuchando la conversación, abrazó a Juanito y le susurró en voz baja al oído: “¡Feliz Pascua, Juanito! ¡Jesús Nuestra Pascua te ama y yo también te amo mucho!”