by Pedro A. Moreno, O.P. Secretariado de Evangelización y Catequesis
Libros Sagrados de vida, verdad y amor.
Este año, mi plan es reflexionar sobre nuestras Sagradas Escrituras, la Biblia. Mi oración es que estas reflexiones puedan ayudar a mis hermanas y hermanos a crecer en su amor por la Palabra de Dios y que aprendan más acerca de ella, nuestro gran y sagrado, personal y portátil, don de Dios.
“Porque en los sagrados libros… es tanta la eficacia que radica en la palabra de Dios, que es, en verdad, apoyo y vigor de la Iglesia, y fortaleza de la fe para sus hijos, alimento del alma, fuente pura y perenne de la vida espiritual.” (Vaticano II: Dei Verbum 21).
La Biblia es una biblioteca de 73 libros inspirados por Dios y escritos por varios hombres, en distintos momentos, lugares, culturas e idiomas, desarrollados en un lapso de alrededor de 3,000 años. La Iglesia reconoció estos libros como verdaderamente la Palabra de Dios y nos invita a nutrirnos diariamente de la vida, sabiduría y amor que contiene. En Su palabra lo encontramos, lo escuchamos, respondemos en oración y leemos un poco más.
Siempre hemos tenido un lugar especial en nuestro corazón por la palabra de Dios: “la Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor, no dejando de tomar de la mesa y de distribuir a los fieles el pan de vida, tanto de la palabra de Dios como del Cuerpo de Cristo, sobre todo en la Sagrada Liturgia.” (Vaticano II: Dei Verbum 21).
Un sueño, aun no logrado por completo, del Concilio Vaticano II es una mayor intimidad entre las Sagradas Escrituras y todos los bautizados: “El Santo Concilio exhorta con vehemencia a todos los cristianos en particular a los religiosos, a que aprendan ‘el sublime conocimiento de Jesucristo’, con la lectura frecuente de las divinas Escrituras. ‘Porque el desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo’”. (Vaticano II: Dei Verbum 25).
Varios escritores tienen formas únicas de describir lo que es la Biblia. El Obispo Barron en “Explorando la Teología Católica: Ensayos sobre Dios, Liturgia y Evangelización”, tiene estas palabras: “La Biblia es una sinfonía, una combinación de tonos y melodías, bajo la dirección del artista supremo. Además, dado que nosotros, los lectores de la Biblia, participamos en la vida del ser divino y estamos sujetos al gobierno divino, debemos esperar que la narrativa bíblica sea esclarecedora para nosotros. Finalmente, dado que Dios es el autor de la Biblia y de la historia en sí, no debemos sorprendernos al encontrar todo un conjunto de correspondencias figurativas o tipológicas en todo el testimonio de las Escrituras. Debemos esperar que Dios hable con un acento distintivo y de acuerdo con ciertos patrones y ritmos característicos.”
N.T. Wright, en el cap. 13 de “Simplemente Cristiano”, comienza su tema sobre la Biblia, “El Libro Inspirado por Dios”, con estas palabras: “Es un gran libro, lleno de grandes historias con grandes personajes. Tienen grandes ideas (no solo con respecto a sí mismos) y cometen grandes errores. Trata sobre Dios, la codicia y la gracia; sobre la vida, la lujuria, la risa y la soledad; sobre el nacimiento, los comienzos y la traición; sobre hermanos, peleas y sexo; sobre el poder y la oración, la prisión y la pasión. Y solo estamos hablando de Génesis.”
Te invito a hacer de este año tu ¡Año de la Biblia! Como dijo el Papa Benedicto en su Exhortación Apostólica Verbum Domini: “Renovemos nuestro compromiso de profundizar en la palabra que Dios ha dado a la Iglesia: podremos aspirar así a ese ‘alto grado de la vida cristiana ordinaria’.”
Comience con el Evangelio de Lucas o pase un tiempo especial con las lecturas diarias de la Misa. El párrafo 104 del Catecismo dice: “En la sagrada Escritura, la Iglesia encuentra sin cesar su alimento y su fuerza, porque, en ella, no recibe solamente una palabra humana, sino lo que es realmente: la Palabra de Dios. ‘En los libros sagrados, el Padre que está en el cielo sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos’.”
Terminaré esta primera columna del año con las últimas palabras del Papa Francisco en el prologo de la Y-BIBLIA, Biblia de la Iglesia católica para los jóvenes: “¿Quieren darme una alegría? ¡Lean la Biblia!”