Una primera mirada a Gaudete et Exsultate
Por Pedro A. Moreno, O.P.
Secretariado de Evangelización y Catequesis
Esta semana pasada, el Vaticano ofreció una conferencia de prensa impresionante sobre la publicación de la mas reciente Exhortación Apostólica del Papa Francisco, Gaudete et Exsultate, Alegraos y regocijaos. El tema de esta carta es el llamado a la santidad en el mundo actual.
Aquí están los dos primeros párrafos:
1. «Alegraos y regocijaos» (Mt 5,12), dice Jesús a los que son perseguidos o humillados por su causa. El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto» (Gn 17,1).
2. No es de esperar aquí un tratado sobre la santidad, con tantas definiciones y distinciones que podrían enriquecer este importante tema, o con análisis que podrían hacerse acerca de los medios de santificación. Mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió «para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor» (Ef 1,4).
El documento consta de cinco capítulos. Aquí están los títulos de los capítulos con un breve comentario sobre el contenido de esa sección:
1. El llamado a la santidad: La vida de los santos son ejemplos de cómo otros han respondido a este llamado universal a la santidad y pueden mostrarnos cómo nosotros también podemos responder a este llamado al amor y la misericordia.
2. Dos sutiles enemigos de la santidad: Viejas herejías han regresado para arruinar nuestro camino hacia la santidad. El gnosticismo moderno olvida que la perfección de una persona no puede medirse por la información o conocimiento que posee, sino por la profundidad de su caridad, su amor y misericordia. En el pelagianismo moderno, otros caen en el error de atribuir su santidad a la voluntad humana, al esfuerzo personal y olvidar que todo depende no de la voluntad o el esfuerzo humano, sino de Dios nos muestre su misericordia y que Él nos amó primero.
3. A la luz del maestro: Las Bienaventuranzas son el corazón de nuestra imitación de Cristo y nuestro camino hacia la santidad y el servicio misericordioso a los demás.
4. Algunas notas de la santidad en el mundo actual: Aquí están los signos mencionados en este capítulo:
> Aguante, paciencia y mansedumbre
> Alegría y sentido del humor
> Audacia y fervor
> En comunidad
> En oración constante
5. Combate, vigilancia y discernimiento: Este viaje no es fácil. Nos enfrentaremos a los poderes de las tinieblas desde afuera y desde dentro. Como dice el Santo Padre, " El triunfo cristiano es siempre una cruz, pero una cruz que al mismo tiempo es bandera de victoria, que se lleva con una ternura combativa ante los embates del mal".
El Papa Francisco finaliza esta hermosa meditación sobre la santidad con estas palabras.
“Espero que estas páginas sean útiles para que toda la Iglesia se dedique a promover el deseo de la santidad. Pidamos que el Espíritu Santo infunda en nosotros un intenso anhelo de ser santos para la mayor gloria de Dios y alentémonos unos a otros en este intento. Así compartiremos una felicidad que el mundo no nos podrá quitar.”