Reverendísimo Paul S. Coakley Respuesta a Viganó Testimony
August28,2018
28 de agosto del 2018
Festividad de San Agustín
Queridos hermanos sacerdotes, diáconos, mujeres y hombres consagrados y fieles laicos de la Arquidiócesis de Oklahoma City:
El comunicado, con fecha 22 de agosto, del "testimonio" de once páginas del arzobispo Carlo María Viganó, ex nuncio apostólico de los Estados Unidos, ha provocado conmoción en toda la Iglesia Católica. Este documento amerita, de hecho, exige un examen y verificación más profundos de cada una de sus declaraciones. Como muchos otros, estoy profundamente desconcertado por las afirmaciones contenidas en este documento sin precedentes.
Si bien carezco de cualquier conocimiento o experiencia personal sobre los detalles contenidos en su "testimonio", siento el más profundo respeto por Arzobispo Viganó y su integridad personal. Sus afirmaciones, aun por ser investigadas o substanciadas, confirman la urgencia de una investigación exhaustiva del ascenso del Arzobispo McCarrick en las filas eclesiásticas, dado su historial de presuntos abusos que involucran a seminaristas y jóvenes. Uno mi voz y apoyo al Cardenal DiNardo, Presidente de la USCCB, y a tantos otros de mis hermanos obispos al solicitar dicha investigación.
Este es un momento muy oscuro en la historia de nuestra hermosa, pero herida, Iglesia Católica. Estamos llamados a la oración y penitencia para la purificación de la Iglesia, y nuestros obispos y sacerdotes deben dar el ejemplo. Esta situación requiere un compromiso renovado a la vigilancia, transparencia y responsabilidad por parte de nuestros pastores y de toda la Iglesia. Solo la oración, penitencia y conversión profunda nos guiarán a través de este período oscuro.
Me alienta y encuentro consuelo al reflexionar sobre la promesa de nuestro Señor a Pedro de que "las puertas del infierno no prevalecerán" contra su Iglesia divinamente establecida. Tenemos su promesa, "Yo estoy con ustedes siempre". ¡Aferrémonos a esa promesa! Dios es fiel. Dios está con nosotros.
Por favor oren por todas las víctimas de abuso, especialmente aquellas dañadas por miembros del clero. Por favor oren por mí y por todos nuestros sacerdotes y diáconos. ¡Que Dios nos libre de este flagelo mortal!
Sinceramente suyo en Cristo,
Reverendísimo Paul S. Coakley
Arzobispo de Oklahoma City