by Pedro A. Moreno, O.P. Secretariado de Evangelización y Catequesis
¡Tantas buenas opciones católicas!
Comprar una nueva biblia no es algo que hacemos todos los días. Es por esto que aquí les ofreceré algunas ideas y recomendaciones que espero que les sean útiles.
Primero, tengan en cuenta la diferencia entre una Biblia Católica y una usada en otras comunidades de fe. Las Biblias Católicas, en su Antiguo Testamento, siguen las Escrituras griegas que fueron usadas por Jesús y los apóstoles y tienen siete libros que no se encuentran en las Escrituras hebreas. Estos son Tobit, Judith, 1 y 2 Macabeos, Sabiduría, Sirácida (también conocido como Eclesiástico) y Baruc.
Las Biblias Católicas también incluyen secciones en los libros de Ester y Daniel que no se encuentran en las Escrituras hebreas. A continuación, agregue a estos 46 libros del Antiguo Testamento, los 27 libros del Nuevo Testamento y terminas con que las Biblias Católicas tienen 73 libros. La biblia es en verdad una biblioteca más que un solo libro. Busquen la aprobación de la Iglesia en sus primeras páginas.
Las Biblias Católicas siempre han tenido 73 libros. La lista final de estos libros, o Canon de las Escrituras, fue establecida por la Iglesia en el siglo IV. Primero el Concilio de Roma en 382 bajo el papa Dámaso I, luego en el Concilio de Hipona, 393, y más tarde en el Concilio de Cartago 397. Once siglos después, otra afirmación de la lista de libros en la Biblia ocurrió en 1442 en Florencia.
La Iglesia estaba de acuerdo con estas declaraciones y no dijo nada más sobre el tema hasta que Martín Lutero quiso cambiar el número de libros en la biblia más de mil años después. El rechazo de Lutero de la costumbre de una biblia con 73 libros, doce siglos después de que la Iglesia guiada por el Espíritu Santo y hablando con autoridad recibida de Dios estableciera la lista oficial de los libros de la biblia, creó tanta confusión que la Iglesia respondió a estas ideas erróneas reafirmando la lista de libros en la biblia dada en el siglo IV y más allá.
Esta reafirmación de las decisiones anteriores de Roma, Hipona, Cartago y Florencia ocurrió en el Concilio de Trento en 1546. Por lo tanto, la primera Biblia Cristiana, las primera biblias impresa y las Biblias Católicas de hoy, todas tienen y han tenido 73 libros.
Como no tenemos los rollos originales, y no todos pueden leer los códices, manuscritos y fragmentos que tenemos, la Iglesia de hoy recomienda que las Biblias Católicas sean traducciones directas de los idiomas originales de hebreo, griego y arameo. La época de ofrecerle al pueblo traducciones al español del latín, ya pasaron. Una traducción de la biblia se llama una versión.
Hay muchas versiones modernas autorizadas para uso católico. En mis años de preparatoria se usaba la Biblia de Jerusalén. En el Estudio Bíblico de mi parroquia se usaba la versión Nácar-Colunga. Los grupos parroquiales de jóvenes, Cursillo y la Renovación Carismática usaban la Biblia Latinoamericana. Al llegar a la universidad se vuelve a la Biblia de Jerusalén. La Biblia Dios Habla Hoy, DHH o Versión Popular, con los Deuterocanónicos, era en mi época, la Biblia para los de primaria y secundaria que estaban solo comenzando su contacto con la biblia pues fue y sigue siendo la traducción más sencilla. Los invito a ver mis recomendaciones que acompañan mi columna y aparecen al lado de esta columna. Siempre conviene tener mas de una.
Por lo tanto, visite su librería católica local y compare títulos. Elija la que mejor se adapte a sus necesidades y cómprala. Biblia, Libro Sagrado, Libro de Dios. Ahí nos encontramos con la Palabra, Cristo. Al pasar el tiempo con ella seremos bendecidos espiritualmente y terminaremos más cerca del Señor, Palabra de Vida y Amor. La Biblia nos ofrece una oportunidad para horas llenas de gracia en unión con Cristo. Aunque sé que la biblia no es un sacramento y no fue instituida por Cristo para producir la gracia, es donde nos podemos encontrar con Dios y crecer en nuestro amor por Él.
Este es el mejor de los libros y Dios nos dice que Él nos ama a través de ella.
Dei Verbum 26 lo dice mejor: “Así, pues, con la lectura y el estudio de los Libros Sagrados ‘la palabra de Dios se difunda y resplandezca’ y el tesoro de la revelación, confiado a la Iglesia, llene más y más los corazones de los hombres. Como la vida de la Iglesia recibe su incremento de la renovación constante del misterio Eucarístico, así es de esperar un nuevo impulso de la vida espiritual de la acrecida veneración de la palabra de Dios que ‘permanece para siempre’.”
Una Biblia es una oportunidad para la comunión amorosa con Cristo. Después de pasar un tiempo escogiendo y comprando una, pídale a un diácono o un sacerdote que se la bendiga.
Abraza y besa tu Biblia, nuestro mejor amigo está ahí, en cada página y en cada letra, amándonos.
¿Cuál biblia debería comprar?
Comencemos con biblias sencillas y progresemos a biblias más avanzadas.
Biblias para la oración y la reflexión en mi mesa de noche: Todas las biblias católicas, con aprobaciones de la Iglesia, se pueden usar para la oración. Dios Habla Hoy, DHH, también conocida como la Versión Popular de las Sociedades Bíblicas (Grupo Ecuménico), con los libros Deuterocanónicos, es buena para orar.
Biblias para el estudio personal en la mesa del comedor: La Biblia, Latinoamérica, conocida popularmente como la Biblia Latinoamericana, nos ofrece notas marginales y comentarios catequéticos y pastorales a pie de página ha mejorado mucho al pasar de los años y es buena como una primera biblia para estudio. También recomiendo la Biblia de América, la Biblia de Nuestro Pueblo, y, la Biblia Carismática que usa el texto de la Biblia Hispanoamericana, que es otra Biblia Interconfesional o Ecuménica, que nos llega de México.
Biblias para el estudio en grupo en la Iglesia o mesa del salón de clase: La Biblia de Jerusalén, 4ta edición del 2009 y con las más actuales ayudas bíblicas, publicada en el 2018 es mi favorita. Otra recién llegada a este grupo es la Biblia Didajé, 2016. La Biblia Didajé presenta extensos comentarios, basado en el Catecismo de la Iglesia Católica, para cada libro de la sagrada Escritura.