El 5 de marzo iniciamos otro tiempo de preparación cuaresmal para la alegría pascual de la resurrección del Señor. Como cada año, el Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma con un gesto simbólico de humilde arrepentimiento al recibir la ceniza en la frente. Es un recordatorio de nuestra mortalidad.
El signo de las cenizas es un testimonio penitencial que proviene de nuestros antepasados espirituales en el Antiguo Testamento. En la Misa del Miércoles de Ceniza escuchamos un pasaje del Evangelio según san Mateo en el que Jesús no sólo nos encomienda realizar actos de oración, ayuno y limosna, sino que nos describe la forma más íntegra y espiritualmente beneficiosa de hacerlo.
Aunque el Miércoles de Ceniza es muy apreciado y conocido por la mayoría de los cristianos, es posible que no entendamos porqué la fecha en la que se celebra es diferente cada año.
La fecha del Miércoles de Ceniza puede caer entre los principios de febrero y hasta fines de marzo. He escuchado a gente expresar curiosidad sobre el por qué el Miércoles de Ceniza parece tan retrasado este año. La razón de esta variación no es arbitraria, sino que está profundamente arraigada en las Sagradas Escrituras y en los misterios centrales de nuestra fe.
Nuestra fe cristiana es lo que llamaríamos una fe histórica, ya que los acontecimientos que forman las verdades centrales de lo que creemos tuvieron lugar realmente en la historia. Nuestra fe no se basa en un mito.
Dios creó el universo, que dio inicio el paso del tiempo. Eligió al pueblo de Israel e hizo alianzas con él. Dios rescató a su pueblo en la historia de la esclavitud en Egipto. El arcángel Gabriel visitó a María y Dios se encarnó en su vientre en un lugar y un momento determinados. Jesús vivió durante décadas en esta misma tierra, donde padeció, murió y resucitó todo quedó en la historia. No se trata de relatos de ficción, sino de acontecimientos históricos que constituyen la base de lo que profesamos como creyentes cristianos y como católicos.
Esto es importante en nuestro contexto del Miércoles de Ceniza porque la fecha en la que se celebra cada año cambia precisamente porque Jesús resucitó de entre los muertos en la historia. Jesús estaba en Jerusalén para la celebración judía de la Pascua cuando fue crucificado. La celebración de la Pascua era el banquete ritual y sacrificial en el que el pueblo judío conmemoraba, agradecía y revivía los formidables actos de Dios por los que los liberó de la esclavitud de los egipcios.
La Pascua original se celebraba en el mes de Nisan del calendario judío. A la fecha, los judíos siguen celebrando la Pascua durante el mes de Nisan. Los meses del año judío no siguen un ciclo solar como nuestro calendario, sino que siguen los ciclos de la luna. Como los ciclos lunares no coinciden con los ciclos del sol, la fecha de nuestro calendario (llamado gregoriano y creado por el papa Gregorio XIII) cambia año tras año. El mes de Nisan puede tener lugar durante los meses de marzo y abril.
Cuando la Iglesia primitiva celebraba la resurrección de Jesús de entre los muertos, lo hacía utilizando el calendario lunar para fijar la fecha de cada año. Lo hicieron no sólo porque los 12 apóstoles eran todos judíos, sino también para vincular la celebración de la Pascua con la celebración de la Pascua judía. Así como Dios salvó a su pueblo del dominio opresor del Faraón y de su esclavitud en Egipto, ahora nos ha salvado a nosotros del dominio opresor del pecado y de la muerte.
El pueblo de Israel fue llevado de la esclavitud a la libertad a través de las aguas del Mar Rojo, y nosotros hemos sido llevados de la muerte a la vida a través de las aguas del Bautismo. Hoy continuamos esta costumbre antigua de celebrar la Pascua vinculando su fecha a la Pascua judía. Es la celebración de nuestra liberación y rescate del pecado.
En la Iglesia latina, la fecha de la Pascua se fija siempre el primer domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. Recordemos que esto no se debe al equinoccio de primavera en sí, sino a que el calendario judío seguía los ciclos lunares.
Por ejemplo, este año el equinoccio de primavera es el 20 de marzo. La primera luna llena después del 20 de marzo es el 12 de abril y el primer domingo después de esta luna llena es el 20 de abril. Aunque el 12 de abril es sábado, la Pascua no es el domingo 13 de abril porque no todo el mundo experimentará la luna llena hasta que ya sea 13 de abril en otros lugares. Por tanto, la fecha de la Pascua del 2025 es el 20 de abril ¡para la Iglesia universal!
Para encontrar la fecha del Miércoles de Ceniza, simplemente contamos hacia atrás los seis domingos de Cuaresma, incluyendo el Domingo de Ramos, y encontramos el miércoles anterior al Primer Domingo de Cuaresma, que este año es el 5 de marzo – 46 días antes de Pascua. Todo este proceso de determinar la fecha del Miércoles de Ceniza está profundamente arraigado en el mundo creado y en la historia de la salvación. La verdad de la fe que profesamos impregna toda nuestra vida en el tiempo y en el espacio.
Espero y deseo que, a través de las prácticas cuaresmales de oración, ayuno y limosna, puedan profundizar en la capacidad de celebrar y reavivar en sus corazones la alegría de ¡la Buena Nueva de la Pascua!