El papa Francisco recordó hoy la reciente beatificación de
María Concepción Cabrera (1882-1937) durante la audiencia general del miércoles 8 de mayo de 2019 en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
Ella “madre de familia” ha dado “testimonio del valor salvador de la Cruz de Cristo, inspirando la fundación de varios institutos religiosos y laicos. Demos gracias a Dios por su valiente testimonio”, afirmó ante 15.000 fieles y peregrinos.
Precisamente, el cardenal Giovanni Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos ha presidido el 4 de mayo en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en Ciudad de México (México) la santa misa de beatificación de “Conchita”, como se le conoce popularmente en México.
La nueva beata, casada, madre de familia, e inspiradora de Institutos religiosos e iniciativas apostólicas, consideró además como misión especial la santificación de los sacerdotes.
En su homilía el cardenal recordó la necesidad y la actualidad de la misión de “Conchita” en estos tiempos en que la Iglesia ha atravesado momentos turbulentos y lacerantes.
Asimismo, definió a la beata “una mujer de oración y de celo apostólico que, anticipando los tiempos, encuentra en sí la fuerza moral para imponerse como líder en el campo social y en el ámbito eclesial”.
Ella “se nos presenta hoy (…) como un modelo de vida apostólica: oraba y actuaba, tenía la mente fijada en el cielo y los ojos vueltos hacia la tierra; adoraba y exaltaba la grandeza de Dios y se ocupaba de las miserias y de las necesidades de los hombres”, concluyó. Conchita vivió en los tiempos más convulsos por los que ha atravesado México, desde la intervención francesa, el Segundo Imperio, los gobiernos liberales que despreciaron a la Iglesia católica, la Revolución, la persecución callista, las Leyes de la educación socialista que la excluían, entre otros.