Veintisiete candidatos a diácono de la Arquidiócesis de Oklahoma City serán ordenados al diaconado permanente por el Arzobispo Coakley el 5 de noviembre en la Catedral de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro después de pasar cuatro años en formación.
Uno de los candidatos al diaconado, Héctor Hernández, y su esposa Martha Hernández hablaron con el Sooner Catholic sobre la ordenación y de ser ordenado diácono.
Nombre: Héctor y Martha Hernandez
Familia: Tres hijos adultos y tres nietos. Yolanda y su esposo Ethan Pool, Héctor Harvey y Emma y su esposo Tony Guevara.
Parroquia de origen: Iglesia Católica de Santa María, Clinton
Ocupación: Mantenimiento / Transporte
P: ¿Como supo que estaba siendo llamado al diaconado?
Héctor: Cuando fui invitado por el padre Rex Arnold, fue un "Sí" de inmediato. Ya estaba trabajando en algunos ministerios de la iglesia y tuve la sensación de que podía hacer más.
P: ¿Cuál ha sido el aspecto más gratificante de ser un candidato a diaconado?
Héctor: Todo el conocimiento que he adquirido, el crecimiento de mi fe en Dios y su Iglesia, todos los buenos amigos que he encontrado durante estos cuatro años, y el privilegio que Dios me dio de poder estar más cerca de la ordenación. Además, el apoyo de mi parroquia y la Arquidiócesis de Oklahoma City.
P: ¿Qué ha sido inesperado?
Héctor: Aunque me he ido preparando mucho durante estos cuatro años, aprendiendo sobre nuestra fe, teología, la vida espiritual en Cristo y la Iglesia, pensando en el cambio de vida de un laico a miembro del clero me puede poner nervioso. Tengo fe en Jesús y en el Espíritu Santo que me guiarán en la construcción del reino de Dios.
P: ¿Qué es lo más desafiante de ser un candidato a diácono?
Héctor: Como soy hispano, el español es mi lengua materna. Fue un poco difícil para mí estar en una clase donde todo estaba en inglés. Me sentía como si estuviera comenzando de nuevo, como si estuviera asistiendo al jardín de niños, viendo a todos cuando no podía entender, preguntándole a Martha qué decía y luego investigando en el diccionario, los libros y la Biblia.
Martha: Cuando Héctor fue llamado a ser diácono, tuve una sensación de felicidad, así como confusión y nerviosismo. Sabía que era un gran paso, compromiso y responsabilidad servir a Dios con un título tan grande. Cambió la vida de todos en nuestra familia.
P: ¿Qué ministerio especial emprenderá?
Héctor: Espero poder predicar sin olvidar que soy un siervo de Cristo. Estaré sirviendo a la comunidad, llevando la comunión a los enfermos y evangelizando.
P: ¿Qué es lo que más espera en su ministerio como diácono?
Héctor: Poder compartir mi fe y amor a Dios, evangelizando y teniendo el sentimiento de estar más cerca de él durante la Misa y en la Eucaristía.
P: ¿Qué papel desempeña el llamado al diaconado en su vida familiar? ¿Vida espiritual?
Héctor: Nuestra familia aceptó con alegría mi llamado a ser diácono. Nos brindan apoyo y comprensión. Creo que también sienten el compromiso de ser parte de la familia de un futuro diácono. Nuestra vida espiritual es muy diferente de lo que era antes de comenzar este viaje, ahora tratamos de mantener una relación más cercana con Dios a través de la oración, el aprendizaje y la evangelización.
Martha: Mi papel como esposa de diácono es apoyar a Héctor en su ministerio, estar a su lado en todo momento y para él, rezarle a Jesucristo para que sea un buen siervo cariñoso, que nunca olvide que está conformado para ser como Cristo que dijo: "Vine para servir, no para ser servido".
Eliana Tedrow es una escritora independiente para Sooner Catholic.