5 de febrero, 2017
Como pueden ver, gran parte de este número de la publicación "Sooner Catholic" está dedicada a nuestra Campaña Católica Anual. Espero que usted lea cada sección y considere como "La Luz de Dios Brilla a Través de Nosotros" de manera tan bella cuando actuamos juntos como miembros del único Cuerpo de Cristo.
A estas alturas, cada uno de ustedes debería haber recibido información sobre la solicitud de este año y los muchos ministerios y servicios vitales que este compromiso anual hace posible a través de las 108 parroquias y misiones que componen la Arquidiócesis de Oklahoma City. ¡Estamos todos unidos en esto!
Ordinariamente los católicos viven la vida y el ministerio de la Iglesia en sus propias parroquias. Esto es como debería ser. Pero la Iglesia Católica no es meramente parroquial o congregacional. Somos parte de algo más grande y más universal que nuestras parroquias. Como profesamos cada domingo, "Creo en la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y Apostólica". El signo más claro de nuestra unidad es cuando nos reunimos con el obispo local, presidiendo con sus sacerdotes en la Eucaristía. Es a través del obispo local unido en una comunión de fe y caridad con los obispos en todas partes, y con el Papa como Vicario de Cristo, que manifestamos más plenamente nuestra unidad católica. Nuestro testimonio es más eficaz cuando abrazamos nuestra unidad como cristianos católicos. La nuestra es una unidad de fe, de caridad y de misión.
La Campaña Católica Anual es una invitación a abrazar esta unidad y misión compartida. Al compartir nuestros dones y recursos a través de la Campaña Católica Anual, ayudamos a promover esta misión y reconocemos nuestra responsabilidad por el otro. Tenemos la obligación de entregar a otros las riquezas del Evangelio que hemos recibido.
Muchos de los ministerios y servicios de los que dependemos no serían posibles si cada parroquia fuera dejada a sus propios recursos. Solamente trabajando juntos podemos avanzar en nuestra misión de compartir la alegría del Evangelio: formar discípulos, proporcionar educación y formación a niños y adultos, formar maestros y catequistas, educar a seminaristas y apoyar a nuestro clero.
Sólo con nuestro compromiso común podemos ofrecer oportunidades a los jóvenes católicos para experimentar la alegría del Evangelio, preparar a las parejas para el matrimonio, atender las necesidades de las familias y afirmar la dignidad de cada persona desde la concepción hasta la muerte natural.
Nuestra archidiócesis es una étnicamente y culturalmente diversa. Ciertamente estamos enriquecidos por esta diversidad. Pero, aunque podamos adorar en diferentes idiomas y celebrar diferentes costumbres en los 46 condados de Oklahoma central y occidental, lo que nos une es nuestra fe católica.
Al leer esta edición, los invito a considerar cuánto significa su fe para usted y cómo puede ser luz para este mundo. Por favor, haga un generoso regalo a la Campaña Católica Anual. La luz de Dios brilla a través de nosotros.