CIUDAD DE MÉXICO – Jesús Martínez Aguilar caminó dos días desde el estado de Puebla hasta la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, llegando al atardecer en la víspera de la fiesta del 12 de diciembre. Posó para un selfi con su familia a las puertas de la basílica, luego se preparó para entrar y darle gracias a la patrona.
"Me sentí mal por no haber venido el año pasado", dijo Martínez, de 68 años, un vendedor de tamales que ha peregrinado anualmente a la basílica durante los últimos 38 años --excepto en 2020, cuando las autoridades eclesiásticas y cívicas cerraron el lugar debido a la pandemia del COVID-19.
"Es especial para nosotros", dijo al llegar. "Hemos venido a ver a la Virgen nuevamente".
Millones de peregrinos descendieron en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe durante los primeros 12 días de diciembre, renovando una tradición y un acto de fe común en todo el centro de México.
Los peregrinos celebraron a la patrona nacional: una Virgen de piel morena que, según los católicos, se apareció ante el campesino indígena san Juan Diego en el cerro del Tepeyac, al norte de la ciudad de México, en 1531.
Casi 500 años después de la aparición, la Virgen de Guadalupe sigue suscitando una profunda devoción en toda Latinoamérica, Filipinas y en las comunidades de inmigrantes de Estados Unidos.
Se ha convertido en un símbolo de identidad nacional en México, inspirando movimientos sociales a lo largo de la historia del país. Incluso el partido político en el poder ha aprovechado su atractivo, llamándose a sí mismo "MORENA", una palabra que designa a una mujer de piel oscura y un nombre popular para la patrona.
Pero los peregrinos de la basílica hablaron de razones personales, no políticas, para viajar al santuario mariano más visitado del mundo.
"Venimos a pedirle salud, que nos cuide y por fe", dijo Tomás Santiago Coapio, de 25 años, quien llegó con un grupo de ciclistas desde el distante estado de Tlaxcala. Cuando se le preguntó sobre la suspensión de las visitas en 2020, respondió: "Es como si no pudieras visitar a tu madre. ¿Cómo te sentirías?".
Roberto Acosta, un abogado de 35 años, también llegó a la basílica en bicicleta, recorriendo 12 horas con un par de amigos de la ciudad de Puebla. Contó que era su primera visita al lugar.
"No soy muy religioso", le dijo a CNS, añadiendo que le "daría las gracias por los favores recibidos". Esos favores, dijo, incluían "el trabajo, la salud, no volver a enfermar de COVID", después de que su esposa falleciera por esta enfermedad el año pasado.
Las autoridades eclesiásticas instaron a los peregrinos a realizar visitas breves y cancelaron las celebraciones litúrgicas en persona.
Las autoridades municipales canalizaron a los peregrinos a través de los barrios circundantes hasta una única entrada --rociando a los visitantes con desinfectante en las puertas de la basílica-- y prohibieron a la gente acampar en el lugar. Se calcula que en 2021 llegaron aproximadamente 3.5 millones de peregrinos, menos de la mitad de los que acudieron en 2019.
Una caravana de migrantes, que partió desde Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala, llegó a la Ciudad de México el 12 de diciembre con planes de visitar la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, pero fue impedida por la policía local. Sin embargo, la caravana llegó finalmente a la basílica y sus participantes se alojaron en las instalaciones que normalmente se les ofrecen a los peregrinos.