P: En el Evangelio según San Mateo 7,13, Jesús nos instruye a "entrad por la entrada estrecha"... y "qué angosto el camino que lleva a la Vida! Y pocos son los que lo encuentran.” ¿Nos tomamos esto suficientemente en serio los cristianos? ¿Cuán pocos son? ¿Y cómo nos aseguramos de que estamos en el camino hacia la entrada estrecha?
Anónimo
R: Jesús está invitando a sus discípulos de ayer y de hoy a someterse a la metanoia. Básicamente, es la invitación a ver las cosas con una mente nueva. Si antes caminaban en una dirección, después de su encuentro con Dios caminarán en una dirección nueva.
Es imposible entender lo que Jesús enseñaba sin haber iniciado esta conversión.
He aquí cómo Pedro Arrupe, S.J., hablaba de la conversión:
"No hay nada más práctico que encontrar a Dios, es decir, que enamorarse de una manera absoluta, definitiva. Lo que te enamora, lo que se apodera de tu imaginación, lo afectará todo. Decidirá lo que te sacará de la cama por las mañanas, lo que harás con tus tardes, cómo pasarás los fines de semana, lo que lees, a quién conoces, lo que te rompe el corazón y lo que te asombra de alegría y gratitud. Enamórate, sigue enamorado, y eso lo decidirá todo".
Sólo Dios sabe cuántos vivirán con Él para siempre. Pero los que experimentan la metanoia, los que se convierten en nuevas creaciones, empiezan a desear cada vez más que todos acaben finalmente con Dios.
Si tu centro de gravedad parece estar cambiando, si sientes que lo más importante en tu vida es cada vez menos tú (Falso Yo) y cada vez más Dios y los demás (Verdadero Yo), entonces no estás lejos del Reino de Dios.
Padre Scott A. Boeckman Iglesia Católica Little Flower, Oklahoma City