Hacia el final de su vida, San Pablo escribió tres cartas especiales que no estaban dirigidas a comunidades específicas sino a dos hombres con grandes responsabilidades, Timoteo y Tito. Estas tres cartas, dos para Timoteo y una para Tito, están relacionadas con el trabajo de un pastor en el cuidado de las comunidades bajo su cargo. Por eso se llaman “Cartas Pastorales”. Guían a los pastores en el cuidado de sus rebaños.
Aquí hay siete citas que nos sirven de guía hacia un excelente liderazgo pastoral. Espero que todos los servidores sigan estos consejos.
1ª de Timoteo 3, 2-6:Los líderes llevan una vida sana: “... Es necesario, pues, que… sea irreprochable, casado una sola vez, casto, dueño de sí, de buenos modales, que acoja fácilmente en su casa y con capacidad para enseñar. No debe ser bebedor ni peleador, sino indulgente, amigo de la paz y desprendido del dinero. Que sepa gobernar su propia casa y mantener a sus hijos obedientes y bien criados. Pues si no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá guiar a la asamblea de Dios? No se debe escoger a un recién convertido, no sea que el cargo se le suba a la cabeza y el diablo lo haga caer.”
2ª Timoteo 1, 8-12:Los líderes dan testimonio del Evangelio a los demás: “No te avergüences, pues, del testimonio acerca del Señor ni de mí al verme preso. Al contrario, sufre por el Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. Él nos ha salvado y nos ha llamado para una vocación santa, no como premio a nuestros méritos, sino gratuitamente y por iniciativa propia. Esta llamada, que nos concedió en Cristo Jesús desde la eternidad, acaba de manifestarse ahora con la aparición de Cristo Jesús, nuestro Salvador, que ha destruido la muerte y ha hecho resplandecer en su Evangelio la vida y la inmortalidad. Este es el mensaje para el que fui hecho predicador, apóstol y maestro, y por el que ahora padezco esta nueva prueba. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he puesto mi confianza y estoy convencido de que tiene poder para custodiar hasta aquel día lo que deposité en sus manos.”
2ª Timoteo 1, 13-14:Los líderes aman la verdad: “Toma como norma la sana doctrina que has oído de mí sobre la fe y el amor según Cristo Jesús. Conserva el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.”
2ª Timoteo 2, 8-10:Los líderes sufren por el Evangelio y la Iglesia: “Acuérdate de Cristo Jesús, descendiente de David y resucitado de entre los muertos, según mi evangelio. Por él sufro hasta llevar cadenas como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso lo soporto todo por el bien de los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación que se nos dio en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna.”
Tito 2, 11-14:Los líderes viven responsablemente: “Porque la generosidad del Dios Salvador acaba de manifestarse a todos los hombres; nos enseña a rechazar la vida sin Dios y las codicias mundanas, y a vivir en el mundo presente como seres responsables, justos y que sirven a Dios. Ahora nos queda aguardar la feliz esperanza, la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús, que se entregó por nosotros para rescatarnos de todo pecado y purificar a un pueblo que fuese suyo, dedicado a toda obra buena.”
Tito 3, 1-2:Los líderes promueven la obediencia y la gracia: “Recuerda a los creyentes que se sometan a los jefes y a las autoridades, que sepan obedecer y estén listos para toda tarea provechosa. Que no insulten a nadie, que sean pacíficos y comprensivos y traten a todos con toda cortesía.”
Tito 3, 9:Los líderes evitan argumentos tontos: “Evita, en cambio, las cuestiones tontas, las genealogías, las discusiones y polémicas a propósito de la Ley; no son ni útiles ni importantes.”
Hay muchas más recomendaciones excelentes de San Pablo sobre cómo ser grandes líderes dentro de la iglesia, pero estos son un buen comienzo. Juntos agradezcamos a Dios el haber inspirado a San Pablo a escribir estas tres Cartas Pastorales. Amén.